Ayer entraban muchos turistas en el Baptiterio de Florencia. Tengo para mí que un florentino del siglo XIV sabía más que un turista del siglo XXI. ¿De qué? De cualquier cosa... (sonrisa). El Baptisterio es un edificio muy hermoso a la vista, porque lo que se hace en él (bautizarse) es muy hermoso para el espíritu. Una vez bautizado, el nuevo cristiano puede dirigirse al Duomo, que es más hermoso, o mejor, más imponente, porque allí el recién bautizado puede asistir a Misa, que es el mayor privilegio otorgado a un cristiano. Y si París bien vale una Misa, la Misa bien vale el Duomo de Florencia. Es un itinerario litúrgico y de salvación plasmado en la piedra, en la arquitectura y en el urbanismo. Estos florentinos eran muy inteligentes, y por eso construían esas maravillas. Nosotros somos muy técnicos, y por eso construimos centros comerciales. ¿No sabían más los florentinos del siglo XIV que los turistas del siglo XXI?
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